La microgestión puede convertirse en el peor enemigo de una organización a nivel interno, ya que a pesar de tener la apariencia de un control minucioso sobre el trabajo, puede estar disminuyendo la confianza, la satisfacción y la moral de los empleados, contribuyendo al abandono y la pérdida de los objetivos.
En este artículo te presentaremos en qué consiste, cuáles son las desventajas de ejercerla y cómo puedes evitarla para llevar a tus equipos de trabajo al éxito.
¿Qué es la microgestión?
La microgestión o micromanagement es una forma de liderazgo en la cual el directivo o gerente supervisa de cerca a los empleados y todo lo que hacen.
Los directivos que microgestionan prefieren mantener el control en lugar de permitir a sus empleados innovar y crear. En lugar de decirle a un empleado qué tarea tiene que realizar y cuándo, en la microgestión se vigilan de cerca las acciones del empleado y se critica con frecuencia su trabajo y sus procesos.
Como muchos empleados prefieren un poco más de libertad en el trabajo, la microgestión suele tener una connotación negativa porque un empleado puede sentir que el microgestor está siendo condescendiente con él, debido a la percepción de falta de fe en la competencia del empleado.
La microgestión puede producir resultados a corto plazo, pero con el tiempo puede llegar a perjudicar la moral del empleado y de la empresa.
Desventajas de la microgestión en una organización
Ejercer la microgestión puede traer múltiples desventajas, entre las que destacan:
Pérdida de tiempo
Los líderes más inclinados por la microgestión dedican una parte importante de su tiempo a supervisar el trabajo de los demás, tiempo que podrían dedicar a tareas más productivas, como desarrollar sistemas o crear nuevos procesos.
Los microgestores suelen inundarse de detalles que los miembros de su equipo suelen ser capaces de manejar de forma independiente.
Reduce la satisfacción en el trabajo
La microgestión puede crear estrés tanto para el directivo como para el empleado, ya que el microgestor puede sentirse frustrado por los empleados que no completan las tareas tal y como se les ha indicado y los empleados pueden sentir que no se confía en ellos para hacer su labor.
Esto puede disminuir la satisfacción en el trabajo y crear un ciclo que se autoperpetúa, en el que los directivos se sienten cada vez más frustrados y el rendimiento de los empleados disminuye porque no están contentos con sus funciones.
Menor creatividad y eficiencia
Los micromanagers suelen dar instrucciones específicas sobre cómo creen que deben realizarse las tareas.
Aunque esto puede funcionar bien con los nuevos empleados o con aquellos que no se sienten cómodos autodirigiéndose, también puede limitar la capacidad del empleado para desarrollar formas nuevas, eficientes y creativas de realizar las tareas asociadas a sus funciones.
También se niega a los empleados la sensación de logro que acompaña a la búsqueda de mejores formas de hacer su trabajo.
Reduce la motivación de los empleados
Dado que la microgestión se esfuerza por dejar de lado a los empleados, es prácticamente inevitable que disminuya la motivación de los empleados y que los haga sentir con menos confianza en sus propias capacidades.
Sienten que su trabajo nunca estará a la altura, por lo que se vuelven menos productivos y crean un producto menos exitoso.
Conoce sobre las características del estrés laboral.
¿Cómo identificar si se aplica la microgestión en el trabajo?
A continuación te presentaremos algunas señales para identificar si en tu organización hay algún líder que está aplicando la microgestión y afectando negativamente al equipo:
1. Cada tarea necesita la aprobación del líder
Antes de que cualquier trabajo se marque como finalizado, el líder debe asegurarse de haberlo visto, de haber hecho sus correcciones y, finalmente, de haber dado su aprobación.
Los microgestores no soportan la idea de dejar que su equipo tenga el control total y la propiedad de su trabajo, lo cual es un problema que puede dejar un impacto negativo en el clima laboral.
2. Se debe enviar copia al líder en cada correo electrónico
Las conversaciones no pueden tener lugar sin su conocimiento, y se siente ansioso ante la idea de quedar al margen de la correspondencia por correo electrónico relacionada con el trabajo.
Siente la necesidad de saber lo que está ocurriendo en todo momento, y cree que estar en copia de todos los correos electrónicos, o formar parte de todos los canales de Slack relacionados con su trabajo, es la mejor manera de conseguirlo.
3. El líder es hiperconsciente del paradero de sus empleados
Si te estresas por saber dónde están tus empleados en cada momento del día o te encuentras frustrado cuando no responden inmediatamente a tus mensajes, es muy probable que tengas alguna tendencia de microgestor.
Por ejemplo, si un empleado salió a comer a las 12:03, pero ahora son las 1:27 y no lo has visto volver. O bien, si alguien está trabajando desde casa y te has dado cuenta de que ha tardado más de diez minutos en responder a tu último mensaje de Slack o el canal de mensajería utilizado en tu empresa.
4. Los empleados no saben quién hace qué
Si cada día que inicia el líder tiene que decir a los empleados qué hacer, carece de total claridad y, o incluso se ofrece a hacer el trabajo por los demás por no confiar en que ellos lo hagan bien, probablemente se trate de un microgestor.
Cuando un gerente utiliza la microgestión, los empleados ni siquiera saben lo que se supone que tienen que hacer. Cuando surgen nuevos proyectos de los superiores y se delegan en el equipo, el jefe de microgestión se queda completamente callado y espera a que haya voluntarios para abordarlos.
Una vez que el producto está terminado y presentado, todo el progreso se detiene de repente y el jefe vuelve a involucrarse en gran medida.
5. La toma de decisiones es impensable
Los líderes que aplican la microgestión suelen creer que sólo ellos son capaces de delegar y tomar decisiones.
Esto proviene del deseo de estar al mando y (supuestamente) de asegurarse de que todo se hace «con la máxima excelencia».
Sin embargo, la verdad es que cuando llega el momento de tomar decisiones difíciles, no suele ser el líder la persona que está a la vista.
¿Cómo dejar de ejercer una microgestión negativa en tu empresa?
Ahora que ya sabes qué es la microgestión y cuáles son algunos de los efectos negativos que puede ocasionar en tu equipo de trabajo, te presentamos 5 formas de evitarla:
1. Pregunta a los empleados cómo prefieren ser dirigidos
Si quieres tener una relación sólida con tu equipo, es importante escuchar la voz del empleado y preguntar a cada uno de ellos cómo prefieren ser dirigidos.
Puede que algunos digan que no les importa que se les lleve la mano, aunque es más probable que escuches que tus empleados valoran la confianza y aprecian la autonomía.
Al mantener esta conversación, demuestra a tus empleados que respetas sus opiniones, a la vez que dejas de lado cualquier suposición que puedas tener sobre tu desempeño como supervisor.
2. Practica la delegación
Si un líder no sabe cómo delegar eficazmente, puede acabar microgestionando a su equipo sin quererlo.
Es importante asignar tareas que se ajusten a los puntos fuertes de cada empleado y que les permitan aprender y crecer en su función.
A la hora de delegar, es importante recordar que cuando se asigna un proyecto, no se debe aplicar la microgestión a los colaboradores para que lo realicen de forma exacta a como el líder cree que debe hacerse.
Es mejor concentrarse en el resultado deseado y asegurarse de que se dispone de los recursos, la formación y la autoridad adecuados para alcanzar el objetivo final.
3. Establece expectativas claras
Si no se establecen las expectativas de antemano, se estará promoviendo el fracaso del equipo inevitablemente.
Cuanto más claro seas sobre los objetivos de un proyecto asignado, cuándo debe estar terminado y los puntos de referencia con los que vas a medir su éxito, mejor será el rendimiento de los empleados para alcanzarlo.
Algunos supervisores microgestionan porque creen que son los únicos que pueden completar una tarea específica con éxito, antes incluso de intentar explicar esa tarea a otra persona.
Es mejor dar a los empleados la oportunidad de demostrar sus habilidades explicando adecuadamente los objetivos de una iniciativa específica y cómo se vincula con la misión de la organización.
4. Habla con el equipo
Mantén una conversación sobre los temas que realmente importan, es decir, sobre los cuales tendrán que buscar tu orientación y aprobación, para que tus subordinados directos puedan arrancar sus proyectos sin ansiedad.
Diles cómo te gustaría que te mantengan informado y con qué frecuencia deben proporcionar actualizaciones de estado, y a también puedes comunicarles cuál será el nivel de detalle en el que estarás involucrado.
Al mismo tiempo, debes buscar la retroalimentación de los empleados para asegurarte de que no estás cayendo en alguna forma de microgestión.
5. Conoce las limitaciones de los empleados
No todos los empleados tienen las mismas habilidades y fortalezas, por lo que es importante que los líderes puedan aprovechar las de cada uno para que puedan aportar lo mejor de sí al equipo.
Habla de cómo les ayudarás a resolver los problemas y cómo les ayudarás, incluso si no estás muy involucrado en un proyecto o tarea en particular. Algunas personas corregirán en exceso apartándose demasiado; pero es inteligente dar el apoyo adecuado.
Al mismo tiempo, a veces está justificado vigilar más de cerca ciertos proyectos o ciertos empleados. Cuando lo que hay que entregar es urgente y está en juego, puede tener sentido intervenir o pedir que se te mantenga informado regularmente de las cosas.
En este caso, es útil explicarle a la persona por qué estás tan pendiente. También hay que dar feedback al empleado y entrenarlo adecuadamente para que pueda completar la tarea por sí mismo con el tiempo.
6. Implementa una evaluación 360 grados
Una evaluación 360 grados te permitirá evaluar el liderazgo de tus diferentes departamentos a través de una encuesta en la que participan todos los miembros de un equipo, con lo que podrás tener un panorama completo sobre el desempeño de tus gerentes y garantizar que ninguno esté incurriendo en una práctica negativa de microgestión.
Conoce los beneficios de utilizar un software de evaluación 360 grados
Conclusión
Como has podido ver, la microgestión puede llevar ejercer una influencia muy negativa en tu organización, bajo una apariencia de mando y dominio que en realidad puede estar afectando el clima y la cultura organizacional.
Para asegurarte de que esto no suceda en tu empresa, te recomendamos implementar encuestas para empleados que te permitan tomar el pulso de tus líderes y equipos de trabajo de forma frecuente.
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