La gestión de productos constituye una de las funciones organizacionales más importantes para el crecimiento de un negocio, ya que ayuda a tomar decisiones clave a lo largo del ciclo de vida de un producto para garantizar su éxito en el mercado.
En este artículo te presentaremos en qué consiste y cuáles son los pasos que conforman este proceso.
¿Qué es la gestión de productos?
La gestión de productos es el proceso de supervisión que guía a los productos a través de su ciclo de vida, desde el desarrollo hasta el posicionamiento y la fijación de precios.
Generalmente, este proceso está conformado por los subprocesos de planificación, creación, lanzamiento, gestión y optimización del producto, por lo que suele contar con la dirección de un gestor de productos o Product Manager para lograr los objetivos de cada uno.
Para crear el mejor producto posible, los gestores de productos defienden a los clientes dentro de la organización y se aseguran de que la voz del mercado sea escuchada y atendida.
Gracias a este enfoque centrado en el cliente (customer centricity), los equipos de producto suelen lanzar productos mejor diseñados y de mayor rendimiento.
Importancia de una buena gestión de productos
Contar con un proceso estandarizado de gestión del producto es de vital relevancia porque ayuda al resto de la empresa a comprender el valor de un producto.
La gestión de productos permite obtener un conocimiento y dominio del mercado, así como del producto. Esto asegura que puedes construir productos que los clientes van a comprar, así como dirigir el negocio con una visión equilibrada de todos los aspectos del producto.
Se trata esencialmente de saber qué se va a vender y cómo convertir un producto desarrollado en ingresos. Y eso se logra entendiendo al cliente.
La gestión de productos en un negocio centrado en el cliente señala los retos del cliente y manifiesta las soluciones en el producto. La gestión de productos no sólo averigua qué les gusta y qué no les gusta a los clientes, sino también por qué.
Sin la gestión de productos, los distintos departamentos tendrían que esforzarse por reunirse para averiguar lo que deben aportar para crear un producto de éxito. Por eso el papel de un gestor de productos es insuperable.
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7 pasos para aplicar la gestión de productos con éxito
Ahora que ya sabes en qué consiste la gestión de productos, te presentamos los 7 pasos más importantes para aplicar este proceso en tu empresa:
1. Definir el problema
Todo comienza con la identificación de un pain point o punto de dolor del cliente de alto valor. Después, las personas u organizaciones intentan hacer algo y no pueden. O, si pueden, es caro o requiere mucho tiempo o recursos o es ineficaz o simplemente desagradable.
La gestión de productos convierte estas quejas, deseos y anhelos abstractos en una declaración de problemas que busca una solución. Resolver ese problema y aliviar ese dolor es la chispa y la motivación para todo lo que viene después.
2. Cuantificar la oportunidad
Para justificar la inversión en la creación de un nuevo producto o solución, la gestión de productos debe responder a las siguientes preguntas y ser capaz de construir un caso de negocio basado en las respuestas que encuentren:
- ¿Cuál es el mercado total al que te puedes dirigir?
- ¿Es el problema o el dolor lo suficientemente grave como para que la gente considere soluciones alternativas?
- ¿Están dispuestos a pagar por una solución alternativa (o hay otra forma de monetizar la solución)?
Una vez que la gestión del producto ha evaluado el mercado potencial, puedes intentar abordarlo si existe una oportunidad suficientemente grande.
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3. Construir un MVP
Después de validar el atractivo y la viabilidad de una solución concreta, es el momento de que el equipo de desarrollo del producto se ponga manos a la obra.
En primer lugar, hay que definir el conjunto mínimo de funcionalidades (MPV, por sus siglas en inglés) y, a continuación, el equipo puede crear una versión operativa del producto que pueda probarse sobre el terreno con usuarios reales.
Los MVP pueden poner a prueba tanto el funcionamiento del producto como el mensaje general y el posicionamiento de la propuesta de valor junto con el marketing del producto.
La clave es averiguar si este producto incipiente es algo que el mercado quiere y si satisface adecuadamente sus requisitos básicos.
4. Actividades de marketing
El marketing es uno de los principales factores que contribuyen al éxito de un producto, por lo que los responsables deben colaborar estrechamente con los encargados del marketing de producto.
Esto implica la realización de estudios de mercado, la observación de las tendencias actuales del sector, la recopilación y el análisis de los comentarios de los clientes, la definición de los precios y el desarrollo de una estrategia de marca completa.
5. Mejora constante del producto
Aunque al principio parece que la gestión de productos sólo se encarga de tareas administrativas en lugar de crear algo, no es cierto.
Los gestores trabajan constantemente en nuevas ideas para renovar productos, probándolo, analizando los datos y gestionando los defectos para su mejora. Finalmente, un gestor de productos tiene que tomar la decisión final sobre cómo debe ser el producto final y la estrategia para su desarrollo y lanzamiento.
Aunque no existe un conjunto único de KPIs y responsabilidades para un gestor de productos, suelen incluir la monetización, la participación de los usuarios y el nivel de satisfacción de éstos.
Los KPI pueden variar según la empresa y el sector. Algunos jefes de producto se centran principalmente en el desarrollo, la redacción de especificaciones y la supervisión de la progresión del desarrollo, mientras que otros se centran más en el marketing y las ventas, desarrollando un plan de marketing y formando a un equipo de ventas especializado.
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6. Crear un circuito de retroalimentación
La gestión de productos debe tener en cuenta y solicitar el feedback del cliente de forma frecuente para identificar las áreas de mejora.
También es importante procesar, sintetizar y tomar acciones a partir de la retroalimentación, convirtiendo estas aportaciones en ideas prácticas que se incorporen a la hoja de ruta del producto o a la cartera de pedidos.
La gestión de productos también debe establecer un sistema closed-loop que cierre el ciclo de retroalimentación, para que los clientes sepan que sus quejas y sugerencias han sido escuchadas y, en su caso, atendidas.
7. Seguimiento de las métricas del producto
Tras el lanzamiento, la gestión de productos se encarga de supervisar su progresión y analizar los datos para comprender el éxito o la respuesta obtenida.
Definitivamente, no basta con elegir las métricas a seguir y recopilar información. Lo que importa es el análisis de datos posterior y las valiosas percepciones que se pueden obtener de los datos, para influir posteriormente en la toma de decisiones.
Los resultados de este análisis mostrarán al equipo directivo el rendimiento del producto y si es necesario realizar algún cambio, ya sea añadir nuevas funciones, ajustar la estrategia de ventas o actualizar la campaña de marketing.