Como su propio nombre indica el «Marketing de permiso» será el que marque la diferencia entre un trabajo profesional y respetable o una vulgar intromisión del derecho a la intimidad. Una regla de oro del Marketing es que siempre, sin excepción alguna, debemos de llevar a cabo nuestra comunicación con los usuarios, siempre y cuando éstos hayan dado previamente su permiso.
De lo contrario ¿nuestra campaña se verá abocada al fracaso por el simple hecho de no haberse llevado a cabo con el beneplácito de los usuarios?, no necesariamente.
Existen numerosas formas de hacer llegar la información de nuestra marca al consumidor, sin embargo, la que más peligro corre si no existe un permiso explícito son las campañas de Email Marketing, un simple click de ratón y toda la información sobre nuestro producto irá derecho a la carpeta de Spam.
Estamos ante una herramienta con infinitas posibilidades ya que nos aporta flexibilidad, fácil replicación, interactividad, y sobretodo y más importante, realización a bajo coste.
Pero todo tiene sus pros y sus contras, al igual que es fácil y sencillo distribuir publicidad, no siempre deseada, es igual de fácil o incluso más que ésta no llegue finalmente a sus destinatarios.
La razón por la que sería lo ideal ceñirse al plan de Permission Marketing es que nos ayudará en buena medida a construir a largo plazo la relación con nuestros clientes, facilitando la retención y fidelización de los mismos, creando barreras de entrada a nuestros competidores y creando una mejor imagen perceptiva de la marca y de nuestra empresa.
El concepto en sí lo tenemos claro, siempre debe de existir un permiso previo, pero ¿se otorga un permiso explícito por el simple hecho de visitar una página, o por comprar a una determinada marca por internet? lo cierto es que no. Un permiso explícito se consigue en un stand publicitario o en la entrega voluntaria del mismo en una tienda a pie de mostrador, de lo contrario seguimos invadiendo la intimidad de las personas hastiándolas hasta puntos insospechados cuando saturamos sus bandejas de entrada. Sin embargo no podemos obviar la efectividad del método.
La realidad, queridos amigos, es que todos odiamos y amamos la publicidad, no son sentimientos contradictorios. La prueba está en que nadie quiere publicidad sobre restaurantes hasta que tiene hambre, pues con el resto de productos pasa lo mismo, nadie quiere nada hasta que lo necesita, o hasta que se lo muestran tantas veces que cree necesitarlo, y ahí es donde reside la estrategia publicitaria del Marketing Digital.
Sí que es cierto que corremos el riesgo de que nos «destierren» a correo no deseado, pero ¿y sí no es así? técnicamente no invertimos capital en su difusión por lo que esta herramienta se ha convertido en la más utilizada dentro del Marketing Directo. Quizá no estamos ante una de las técnicas más «morales» de promoción de nuestra marca cuando no certificamos esa aceptación previa por el consumidor, pero lo que está claro es que el Email Marketing sigue siendo una de las armas más provechosas que nos aporta la red atesorando tanto lo bueno como lo malo que tiene el mundo digital.
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Sobre el autor:
Larissa Navarro es Licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración, sin embargo, cuenta con gran experiencia en el Marketing Digital, esto la llevó a crear su propio blog donde escribe acerca del uso de Redes Sociales y mucho más.
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