Hoy conoceremos acerca de la resiliencia organizacional. Y es que estamos de acuerdo en que todos enfrentamos situaciones de crisis con frecuencia, aquí lo importante es aprender a resistir y enfrentar cualquier turbulencia. En tiempos de crisis, ¿cómo se adaptan las empresas y demuestran su capacidad de recuperación?
Cuáles son entonces las condiciones óptimas para desarrollar la resiliencia organizativa, es decir, la capacidad de una organización para hacer frente a un entorno incierto y potencialmente amenazante? En otras palabras, ¿qué estrategias deben aplicarse, en primer lugar, para que los actores de la empresa reconozcan la necesidad de adaptarse y, en segundo lugar, para desplegar los recursos necesarios para alcanzar los objetivos establecidos?
Qué es una organización resiliente
La resiliencia organizacional es la capacidad de la empresa para anticiparse, planificar y responder a las dificultades cuando se producen. Es decir, es aquella organización que es flexible y sostenible a la transformación:
Las organizaciones resilientes son aquellas que se recuperan y que son resistentes a los impactos a través de una buena gestión del riesgo, así como adaptables, elásticas y sostenibles.
Características e importancia de la cultura resiliente
Para tener éxito en este entorno volátil y complejo, las organizaciones deben ser más adaptables y ágiles, especialmente en situaciones de crisis.
Uno de los principales contratiempos para las organizaciones que no lo consiguen es el aumento del nivel de estrés del equipo de trabajo. Puede conducir a una reducción del rendimiento, de la productividad y de la moral del empleado, y tensar las relaciones en el lugar de trabajo.
Además, el desarrollo de la resiliencia organizacional es importante porque demuestra la capacidad de mantener la ventaja competitiva a lo largo del tiempo. Esto se consigue impulsando simultáneamente un rendimiento excelente y una innovación eficaz. Al hacerlo, las organizaciones también mostrarán la adaptabilidad de sus objetivos empresariales a los cambios del mercado.
Una organización resiliente es capaz de:
- Crear y adaptar estructuras. Cuenta con un proceso de toma de decisiones preciso y oportuno que permite a la organización operar con sistemas de operación físicos y digitales dispersos, pero al mismo tiempo independientes.
- Proporcionar seguridad. La resiliencia ayuda a las organizaciones a gestionar y mitigar los riesgos de forma continua en medio de un cambio.
- Gestionar los efectos emocionales. Someterse a una transformación y un cambio continuo es un factor para que se produzcan altos niveles de ansiedad, estrés y burnout laboral en el equipo de trabajo. Al abogar por la resiliencia organizacional podrás demostrar el compromiso con la gestión a nivel de liderazgo y garantizar la salud y la estabilidad de tus empleados.
- Fomentar una fuerza de trabajo diversa y empoderada – Una organización resiliente tiene el poder de establecer una fuerza de trabajo bien conectada, colaborativa y creativa que trabaja conjuntamente para desarrollar la competitividad y la prosperidad.
- Aprender, desarrollar y crecer – Una organización resiliente invierte en infraestructuras tanto físicas como digitales para hacerlas más adaptables y flexibles a largo plazo.
Te invito a conocer qué es el desarrollo organizacional.
Cómo construir una organización resiliente
Construir una organización resiliente es un largo proceso de cambio. Estas son algunas ideas de cómo puedes aprovechar tu lugar de trabajo para impulsar la resiliencia organizacional:
1. Liderazgo eficaz
Uno de los factores más importantes que impulsan la cultura organizacional es un liderazgo fuerte. Las culturas resilientes comienzan con líderes comprometidos que comprenden y apoyan a los empleados. La falta de apoyo por parte de los directivos crea el riesgo de que la plantilla se desvincule y, por tanto, de que la cultura de la empresa sea débil.
Una forma de crear una conexión más fuerte entre los líderes y los empleados es proporcionar una comunicación armoniosa de arriba a abajo y horizontal. Esto creará un fuerte vínculo entre los empleados y los líderes, sin importar si trabajan en la misma oficina o si están en una zona horaria diferente.
Los líderes de las culturas resilientes deben asumir la responsabilidad personal de involucrar eficazmente a sus empleados y, durante los períodos de transición, deben tomar las decisiones difíciles para proteger a los equipos.
Estos son algunos consejos para mejorar la comunicación con los empleados.
2. Transparencia y comunicación
Después de obtener el apoyo de los líderes, tu organización debe asegurarse de promover la transparencia y, por supuesto, aplicarla a todas las comunicaciones internas. Las culturas resilientes entienden que la comunicación es una herramienta poderosa para impulsar el comportamiento organizacional y crea conversaciones abiertas en torno a la ética y los valores.
Conoce más de la comunicación interna y su impacto en el logro de resultados.
3. Comunidades de trabajo seguras y protegidas
El lugar de trabajo puede ser un sitio estresante y abrumador, especialmente cuando se producen cambios o alteraciones. Construye un entorno de trabajo más social y seguro.
Los empleados se conectan y colaboran constantemente, así que preocúpate por darles un lugar donde puedan compartir sus intereses y crear conexiones sociales con sus colegas.
4. Innovación en la gestión del conocimiento
La resiliencia organizacional está impulsada por el rendimiento y la adopción. Pero, ¿cómo podemos alcanzar índices de alto rendimiento cuando no nos adaptamos a las innovaciones?
La gestión del conocimiento es un pilar muy importante a la hora de crear resiliencia, pero las organizaciones a menudo no consiguen integrar con éxito las innovaciones. Los resultados son difíciles de medir y las organizaciones prefieren concentrar sus esfuerzos en elementos más tangibles.
Los avances tecnológicos ofrecen numerosas oportunidades para diseñar sistemas de gestión del conocimiento ágiles y abiertos. Utilizando tecnologías en la nube, el intercambio de conocimientos es más fácil y llega a una base más amplia de empleados, y al mismo tiempo pueden almacenar de forma segura los conocimientos para muchas generaciones futuras. Considera la posibilidad de invertir en innovación que pueda facilitar los procesos de cambio y preparar a tu empresa para los tiempos turbulentos.
5. Complejidad y responsabilidad
Hoy en día, muchas empresas operan en múltiples zonas horarias, geografías y departamentos. Para funcionar con eficacia a este nivel de complejidad organizativa, es necesario aumentar la cooperación y el intercambio de información, al tiempo que se establecen responsabilidades compartidas en todo el equipo.
Equipa a tu empresa con herramientas de colaboración digital creadas para ayudar a las empresas internacionales que buscan centralizar sus esfuerzos. Las culturas resilientes entienden los beneficios de la responsabilidad compartida y de los equipos empoderados. Esto puede preparar a los empleados para situaciones de crisis estableciendo un claro entendimiento y un fuerte sentido de la responsabilidad.
Conclusión
Recuerda que la resiliencia organizacional te da la capacidad para adaptarse con éxito a las amenazas de tu sostenibilidad. Construir una cultura resiliente lleva tiempo, pero las recompensas para cualquier empresa son amplias.
Puede que los resultados no lleguen tan rápido como el siguiente reto, pero no hay que olvidar que lo más importante es aprender a adaptarse a cualquier situación. Y sólo entonces podrás convertirte realmente en una organización resiliente y sostenible.